terça-feira, abril 13, 2010

LA PALABRA

La palabra se murió celeste
en el fondo del cuarto
como una pulpa tomada del cielo
para grandes cosas
y perdida entre restos del dia.
El insecto inocente de los dedos
la quebró primero
la desmenuzó después
retornándola millares de veces
a una y otra forma.
La palabra se murió celeste
y desde un intérvalo cuadrado
huyó una rosa con blaco bastón
a recorrer el techo.
Huyó de las cenizas de un poema
que no alló palabras
para su minuto eterno.

Haydée Marcilio