LA PALABRA
La palabra se murió celeste
en el fondo del cuarto
como una pulpa tomada del cielo
para grandes cosas
y perdida entre restos del dia.
El insecto inocente de los dedos
la quebró primero
la desmenuzó después
retornándola millares de veces
a una y otra forma.
La palabra se murió celeste
y desde un intérvalo cuadrado
huyó una rosa con blaco bastón
a recorrer el techo.
Huyó de las cenizas de un poema
que no alló palabras
para su minuto eterno.
Haydée Marcilio
en el fondo del cuarto
como una pulpa tomada del cielo
para grandes cosas
y perdida entre restos del dia.
El insecto inocente de los dedos
la quebró primero
la desmenuzó después
retornándola millares de veces
a una y otra forma.
La palabra se murió celeste
y desde un intérvalo cuadrado
huyó una rosa con blaco bastón
a recorrer el techo.
Huyó de las cenizas de un poema
que no alló palabras
para su minuto eterno.
Haydée Marcilio