A Ángel del Río
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.
Mástil de soledad, prodigio isleño,
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.
Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,
como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos
Gerardo Diego
Acertada elección
ResponderEliminarGran soneto de un gran poeta
Saludos
Bello soneto , versos que cantan con metáforas al enhiesto ciprés..
ResponderEliminarMuy buena presentación de un gran poeta , gracias por compartirlo.
Cordial saludo
Cristina
Gostei de ler a poesia.
ResponderEliminarMe fez tão bemW
E obrigada pelo carinho.